​¿Amando a los Puritanos más que a los Patriarcas, Reyes, Profetas, y Apóstoles?

En cualquier día de los tiempos modernos, los nobles de la "Cristiandad" disfrutan la idea de vivir en el siglo XVI o XVII para acompañar a los Puritanos en la Reforma.  A última hora de la noche o temprano en la mañana, podrías verlos leyendo un libro preciado de su biblioteca personal.  Chispas de emoción vuelan al tacto, la textura y el olor de un libro de heroicos veteranos.  Una lectura tranquila de su propia copia personalizada sólo aumenta el fervor del sentimentalismo religioso.  El apego crece y también el encanto.

Entre amigos cercanos, estos hombres muestran sus publicaciones de la primera edición de cualquier tema Puritano, incluso con firmas manuscritas o notas personalizadas de o para un autor o propietario original. Los hombres instruidos son movidos grandemente al ver estas joyas, incluso acarician la portada y pasan las páginas con delicadeza para echar un vistazo.  Mientras tanto, los observadores ignorantes miran con curiosidad y se maravillan ante la vista mágica, siendo atraídos a invertir en el negocio. Una cultura religiosa se va consolidando con el tiempo hasta que nadie en la Iglesia es considerado digno de confianza sin acumular parafernalia religiosa.  Aun así, muy pronto nada es puro fuera de los Puritanos, y todas las personas que piensan lo contrario son orgullosas y equivocadas.
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Los líderes del remanente en estos días son expertos en parafernalia religiosa, especialmente aquellos que ocupan los renombrados púlpitos de la tierra.  En una conversación entre ellos, escuchará un asombroso recuerdo de los pasatiempos entre los Puritanos.  Los tiempos, lugares y personas involucradas en cualquier evento dado de la Historia de la Iglesia se citan con facilidad en una conversación cómoda entre hombres instruidos.  Sin embargo, por alguna razón, los Patriarcas, Reyes, Profetas y Apóstoles están lamentablemente ausentes de la conversación.

Por el contrario, los Apóstoles certificaron regularmente sus enseñanzas a las Iglesias del Nuevo Testamento citando a los Patriarcas, Reyes y Profetas de la antigüedad.
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DEPRAVIDAD TOTAL: Para mostrar la inmundicia, la polución y la contaminación del pecado, el apóstol Pablo citó los Salmos, mientras que los predicadores modernos citan sermones selectos de Edwards (Romanos 3: 9-20).

JUSTIFICACIÓN: Al hablar de la justificación por gracia mediante la fe en Cristo, el apóstol Pablo citó a Abraham, mientras que los predicadores modernos citan a Lutero (Rom. 4; Santiago 2; ​​Heb. 11; ver Ejemplificación Abrahámica).

REGENERACIÓN / CONSAGRACIÓN: Para describir la santa consagración de un verdadero cristianismo en la experiencia de la regeneración en Cristo, los Apóstoles citaron la Ley Ceremonial, mientras que los predicadores modernos citan a teólogos famosos o predicadores famosos que citan a los Puritanos, o incluso al Metodismo Wesleyano primitivo (Tito 3:  5).

PERSEVERANCIA: Al enseñar sobre la perseverancia de los santos, los Apóstoles señalaron las poderosas hazañas de la fe realizadas por hombres completamente judíos en el Antiguo Testamento como una Nube de Testigos, entre otras cosas (Hebreos 11), mientras que los Predicadores modernos señalan  las  elaboradas controversias de Whitefield & Wesley, u Owen & Baxter, etc.

ELECCIÓN: Mientras profesaba fe en la elección o probaba la soberanía de Dios, el apóstol Pablo enfatizó el trato de Dios con Isaac en contraste con Ismael, Jacob en contraste con Esaú, e Israel en contraste con Egipto (Romanos 9, Éxodo 33:19), mientras que los predicadores modernos citan a Calvino junto con otras confesiones de fe veneradas en la Historia de la Iglesia extrabíblica.

EL EVANGELIO: Para confirmar y defender el Evangelio, el Apóstol Mateo citó a los Reyes y Profetas mientras que los predicadores modernos citan a "los Padres de la Iglesia Primitiva", los Reformadores y los Puritanos.

LA IGLESIA: Para mostrar el origen y la función de la Iglesia, los Apóstoles citaron el estado de los judíos en la Tierra de Israel y Judá, el Reino de Dios, la Ciudad de Jerusalén y el Monte Sión, mientras que los predicadores modernos anuncian el estado  de la Iglesia después de la Reforma: Puritanismo, Separatismo, Presbiterianismo, Bautistas Reformados, etc.

ESCATOLOGÍA: Para confirmar y defender una nueva dispensación del Evangelio en la Era de la Iglesia Gentil, mientras advierte del fin de esta era y el comienzo de otra con los judíos (Romanos 11:25-36), el Apóstol Pablo citó a los Profetas, pero los predicadores modernos citan a los Puritanos con la esperanza de perpetuar la Reforma del Cristianismo del Catolicismo en todas las épocas.
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Si las cosas continúan como están en esta generación de Neo-Calvinistas y similares, se volverá más oscuro día a día.  Surgirá una nueva generación que no conoce al SEÑOR, y contaminarán el mundo al enseñar el "temor" de Dios según "el precepto de los hombres" (Isa. 29:9-14).  ¡Porque sin una realidad vital con Dios todo está perdido!  ¡Incluso el propio estudio personal de la Historia y la Teología Puritana puede cegar los ojos que miran a Jesús!  Esto sucede cuando la admiración de uno por los Puritanos supera con creces la admiración personal de la Sagrada Escritura, mientras que tales hombres promueven de manera inflexible e hipócrita el lema: "¡Sola Escritura!".  Este es un gran engaño.

Al atribuirse a las doctrinas ortodoxas de los tiempos modernos, los hombres perderán la Doctrina de los Apóstoles relacionada con la Crucifixión y Resurrección de Jesucristo.  Mientras profesan fe en Credos y Confesiones antiguas, los hombres negarán la fe de los Apóstoles en cómo entendieron la salvación.  Mientras están absortos en la Teología del Avivamiento, los hombres se volverán inconscientes de la esencia y las implicaciones del Avivamiento en el Alma.  Las cosas irán de mal en peor, hasta que una expresión digna del cristianismo se vuelva totalmente inimaginable en el cristianismo de hoy, y la persecución seguirá a los verdaderos cristianos donde quiera que vayan mientras luchan fervientemente por la fe.  Los signos de esta decadencia nos rodean por todos lados.  Porque los hombres aman a Matthew Henry más que al Evangelio de Mateo.  Admiran a Jonathan Edwards más que al apóstol Juan.  ¡Ay de mí!  ¡Incluso promueven a Paul Washer más que al apóstol Pablo!