LA IGLESIA DE HUACHO
  • Inicio
  • Blog
  • SERMONES
    • Sermones
    • Audios
  • Testimonios
  • Literatura y Folletos
    • ¿Es Cristo Tu Señor?
    • El Camino De La Salvación
    • Catolicismo >
      • Idolatría
      • ¿Aún crees en el Papa?
      • ¿LA EUCARISTÍA DE LA VIDA?
      • ¿El Milagro de la Eucaristía?
      • Adoración Eucarística
      • La Señora del Catolicismo Romano
  • Evangelismo
  • Verdadera y Falsa Conversión
  • Nosotros
"Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno. "
Colosenses 4:6

“Algunos han caído en oscuridad espiritual...” - Robert Murray M'Cheyne

7/21/2020

0 Comments

 
Picture
El declive de la luz espiritual dentro de las verdaderas Iglesias es tan evidente... ¿no deberíamos llegar a entender su significado? Para consternación de muchos Neocalvinistas, Robert Murray M'Cheyne admitió que tal era "el caso de cada Iglesia Cristiana" en su tiempo. Al escribir en defensa de un movimiento de Dios que ocurrió en su parroquia, M'Cheyne se vio obligado a afirmar la frecuencia de los que se desvían como algo común entre todas las verdaderas Iglesias de auténticos convertidos. Al hacerlo, M'Cheyne dijo,

​"Algunos de los convertidos han caminado consistentemente durante cuatro años; la mayor parte de uno a dos años. Algunos han tenido sus caídas en pecado y han abierto las bocas de sus adversarios; pero el mismo ruido que esto ha hecho, muestra que los tales casos son muy raros. Algunos han caído en oscuridad espiritual; muchos, me temo, han dejado su primer amor; pero aún no veo nada en todo esto, pero lo que es incidente en el caso de cada Iglesia Cristiana. Muchos están entre nosotros, que están llenos de luz y paz, y son ejemplos para los creyentes en todas las cosas". - M'Cheyne

Cualquier creyente serio estaría de acuerdo con la evaluación de M'Cheyne. Empatizarían como los que están observando la misma situación en nuestro tiempo. Sin embargo, en el proceso, muchos hombres buenos han sucumbido a la presión de un creciente tumulto de neocalvinistas que niegan rotundamente que sea posible que un individuo verdaderamente convertido caiga en oscuridad espiritual o pierda su primer amor (Apocalipsis 2:4-5). Esta es la triste realidad. Por lo tanto, pido precaución para aquellos que están en el medio del fuego cruzado de la rivalidad teológica. Pido una lenta y estudiosa consideración del tema, en lugar de un acuerdo apresurado con la norma. ¡Pido lealtad a la Escritura sin importar el resultado! Porque, como usted pronto verá (si Dios quiere), este tema ocupa una gran porción de la Biblia: En primer lugar, al describir la experiencia transformadora de la salvación en el cambio de la oscuridad espiritual a la luz espiritual. En segundo lugar, en las advertencias pastorales a los verdaderos creyentes para que ellos anden en la gloria de la luz salvífica, no sea que el alma sea nuevamente abrumada en las tinieblas espirituales a través de desviarse al pecado.
​
La Experiencia Transformadora de la Salvación en Cristo
Picture
​“Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz,
y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí,
perdón de pecados y herencia entre los santificados.” - Hechos 26:18 [2 Cor. 4:3-6]

Como se describe en Hechos 26:18, los que han nacido de nuevo han sido hechos "aptos para participar de la herencia de los santos en luz" por medio de la virtud de Dios liberandonos "del poder de las tinieblas" y nos traslada "al Reino de su amado Hijo" (Col. 1:12-13, Jn. 3:3). Éste traslado es una experiencia de conversión que ocurre por la morada del Espíritu Santo en un hombre que resulta en "regeneración" (Rom. 8:1-11, Tito 3:5). Literalmente, esto resulta en una nueva creación (2 Cor. 5:17) - una reconciliación de un alma perdida y entenebrecida al Dios viviente (2 Cor. 5:18-19, Heb. 9:14). Por lo tanto, porque "Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él" (1 Juan 1:5), una reconciliación personal con Dios significa una iluminación de las tinieblas y de la pérdida personal de alguien (2 Cor. 4: 3-6). Así hemos llegado a ser, por el Espíritu, la naturaleza, y la ley: "los Hijos de la Luz" (Juan 12:36, 1 Tesalonicenses 5:5, 2 Pedro 1:4); y porque somos "los Hijos del Día: no somos de la noche ni de las tinieblas" (1 Tesalonicenses 5:5).

La esencia moral y espiritual de Dios es la luz (1 Jn. 1:5); por eso Juan dijo que "en él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres" (Juan 1:4; Rom. 8:10). Siendo así, es de esperar que "no habrá noche" en el reino de Dios (Apc. 21:23-25). ¿Por qué? Porque "la gloria de Dios la iluminaba, y el Cordero es su luz" (Apc. 21:23-25); por eso todos los que "son salvos andarán en la luz de ella" (Apc. 21: 23-25). Cualquier otra cosa es simplemente inexcusable en el pasado, el presente o el futuro. Todo lo demás es inaceptable ya sea en el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento, o en la forma consumada del Reino de Dios en el Fin del mundo. Porque la esencia espiritual del Reino de Dios es opuesto al pecado como la luz a las tinieblas. Por lo tanto, en todas las épocas, el mandato divino prohíbe las tinieblas en la Iglesia. Sin embargo, tristemente, los desviados de la Iglesia no cumplen con estas leyes espirituales (Rom. 8:2, Sant. 1:25).

Advertencias Pastorales para Andar en la Luz

Incluso las leyes de la creación natural representan las reglas espirituales del Reino. Porque en el Génesis de los tiempos se escribió: "Dios separó la luz de las tinieblas" (Génesis 1:4). Aun así, ahora, las cosas no son diferentes (2 Cor. 4:3-6). La voz de nuestro Creador (Sal. 33:6-9; 148:5) está llamando a las almas a salir de las tinieblas y venir a la luz por la bondad y la hermosura del afecto divino ("Y vio Dios que la luz era buena..." -Gén. 1:4). Cualquier otra cosa que no sea esto es completamente irrazonable e indefendible. Por lo tanto, debido a que estas éticas divinas de bondad gobiernan el Reino de Dios en Cristo, cuando Pablo se encontró con varios transgresores de lo que es bueno en la Iglesia, se opuso con la pregunta: "...¿qué comunión tiene la luz con las tinieblas?" (2 Cor. 6:14-7:1). En contraste, Pedro afirmó que "debemos alabar a Áquel que nos llamó [nosotros] de las tinieblas a Su luz admirable" (1 Pedro 2:9), lo que significaría que no tenemos "ninguna comunión" con lo que Dios prohíbe (Ef. 5:11). Al hacerlo, estamos simplemente andando en el Espíritu (Gálatas 5:16).
​
“Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor: Andad como Hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), aprobando lo que es agradable al Señor, y no participéis con las obras infructuosas de las tinieblas, sino antes reprendedlas.” - Ef. 5:8-11

Si estamos vivos en el Espíritu a través de ser nacidos de Dios, debemos andar en el Espíritu. O, como Pablo explicó, "Si vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu" (Gal. 5:25). Armónicamente, según Efesios 5:8-11, esto es lo mismo que andar en la Luz. Cualquier otra cosa significaría que estamos andando en la carne y por eso tendremos que sufrir las consecuencias (Gál. 5:19-21; Rom. 8:13). Al contrario, somos exhortados a "permanecer fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del Evangelio" (Col. 1:23). Esta es nuestra única esperanza. Debemos vivir, movernos y tener nuestro ser en Jesucristo (Juan 15:1-7; Rom. 6:1-23). Por supuesto, esto es porque el evangelio nos libera de la carne (Rom. 8:1-11) - ¡la vida de un ser humano normal! - haciéndonos radicalmente anormales y santos en un mundo caído de pecadores (Heb. 12:14; Lc. 6:20-26). ​

Por eso al describir el estado caído de la humanidad, Pablo advirtió que debemos "en adelante no andar como los demás gentiles, en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido", porque todas estas cosas son un producto de ser "ajenos a la vida de Dios" por falta de la verdadera salvación en Cristo (Ef. 4:17-18). Así, pues, los verdaderos cristianos están obligados a vivir al contrario por medio de la virtud de estar en Cristo (Jn. 16:33; Apc. 2:26-27). Es exactamente por esto que Pablo exhortó a los cristianos de Colosas, "Así que, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él" (Col. 2:6). Él quiso que ellos anduvieran en el Espíritu por la fe en el evangelio en vez de la alternativa; porque, "andar como hombres" (1 Cor. 3:3), o, si algún cristiano verdadero es encontrado como un desviado que "anda en tinieblas" (1 Jn. 2:11, Núm. 32:23), él o ella está condenado a sufrir el veredicto divino: "...si vivís conforme a la carne, moriréis" (Rom. 8:13). En otras palabras, según 1 Juan 3:14, esto es lo mismo que permanecer en la muerte (Rom. 8:6). Por eso las epístolas pastorales hacen llamamientos urgentes a todos estos desviados, diciendo: "Despiértate tu que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo" (Ef. 5:14).

¡El Espíritu de Dios despierta a los hombres del sueño espiritual de la depravación humana! Sin embargo, los espíritus de los demonios echarán a los hombres en el sueño profundo de la desobediencia intrépida contra Dios. Esto es exactamente lo que significa ser vencido por "los gobernadores de las tinieblas de este mundo" (Ef. 6:12), o ser "llevado cautivo por [el Diablo] a su voluntad" (2 Tim. 2:25-26, Ef. 2:1-3, 6:12). Esta condición miserable de sueño y oscuridad espiritual ha sido mencionada por siglos (Isaías 29:9-10, Romanos 11:7-10). Además, con Babilonia acercándose y con ello el Fin del Mundo, las cosas sólo se oscurecerán mas de aquí en adelante (Mat. 25:1-13). Ilustrada y urgentemente, Pablo habla de esta situación peligrosa de oscuridad sin precedentes en Romanos 13:11-14. Haríamos bien en prestar atención. ​
​

“Y esto, conociendo el tiempo, que ya es hora de despertarnos del sueño; porque ahora está más cerca nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y el Día está por llegar; desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de luz. Andemos honestamente, como de día; no en desenfrenos y borracheras; no en lujurias y lascivias, ni en contiendas y envidias. Mas vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para satisfacer los deseos de la carne.” - Rom. 13:11-14

Con urgencia, Pablo estaba hablando como alguien que estaba consciente de que el tiempo se estaba acabando para aquellos que estaban andando en tinieblas. Por lo tanto, con referencia a la guerra espiritual que se avecinaba, él apeló a todos los durmientes a que se despertaran y se pusieran toda la armadura de Dios para vencer a los adversarios de las tinieblas (Ef. 5:8-17, 6:10-18). Sin embargo, apropiadamente, al hablar de esto en Romanos 13:11-14, Pablo llamó las vestiduras divinas de guerra "la armadura de luz" (Rom. 13:12). Él habla de la misma manera en 1 Tesalonicenses 5:4-8. Porque, para ponerse la armadura, y así ganar la guerra, uno se está esencialmente vistiendo del Señor Jesucristo (Rom. 13:14; "El Señor es un hombre de guerra: el Señor es su nombre" - Ex. 15:3). En otras palabras, como se declaró anteriormente, esto es "andar como Hijos de luz" (Ef. 5:8). Este no es un tema secundario (1 Juan 1:5-7).

Un día de juicio viene para los "Hijos de Dios" más temprano que tarde (Fil. 2:15-16); y, en él, Dios juzgará la veracidad de nuestra profesión al discernir la irreprochabilidad de nuestro andar delante de Dios - si estamos o no resplandeciendo verdaderamente como "luces en el mundo" (Fil. 2:12-16), o si la "sal de la tierra" ya ha perdido su sabor (Mat. 5:13-16, Apoc. 2:1-7). Ante esta perspectiva, pido al lector que reflexione sobriamente sobre las siguientes advertencias pastorales con un entendimiento renovado. Porque, si las cosas son realmente tan malas como Robert Murray M'Cheyne confesó públicamente, cuando dijo: "Algunos han caído en oscuridad espiritual...", haríamos bien en mirarnos a nosotros mismos y descubrir si nosotros, como otros, hemos caído en oscuridad espiritual. ​

“Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¿cómo no debéis vosotros de conduciros en santa y piadosa manera de vivir? Esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, siendo encendidos, serán deshechos, y los elementos siendo quemados, se fundirán. Pero nosotros esperamos según su promesa, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por lo cual, amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia que seáis hallados de Él en paz, sin mácula y sin reprensión.” - 2 Pedro 3:10-14

“Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, no sea que os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va. Entre tanto que tenéis luz, creed en la luz, para que seáis Hijos de luz. Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos.” - Juan 12:35-36

“Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois Hijos de luz, e Hijos del día; no somos de la noche, ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás; antes velemos y seamos sobrios. Porque los que duermen, de noche duermen; y los que se embriagan, de noche se embriagan. Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, vestidos de la coraza de fe y amor, y de la esperanza de salvación, como un yelmo.” - 1 Tesalonicenses 5:4-8

“Porque el Hijo del Hombre es como el hombre que partió lejos, el cual dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase. Velad, pues, porque no sabéis cuándo el señor de la casa ha de venir; si a la tarde, o a la media noche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que viniendo de repente, os halle durmiendo. Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad.” - Marcos 13:34-37

“Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; y vosotros sed como hombres que esperan cuando su señor ha de volver de las bodas; para que cuando venga y toque, en seguida le abran. Bienaventurados aquellos siervos a quienes el señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá y les servirá. Y si viene a la segunda vigilia, o aunque venga a la tercera vigilia, y los halla así, bienaventurados son aquellos siervos. Y esto sabed, que si supiese el padre de familia a qué hora había de venir el ladrón, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa. Vosotros, pues, también, estad apercibidos; porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.” - Lucas 12:35-40
0 Comments



Leave a Reply.

La Iglesia de Huacho / Teléfonos :  939-218-314 / 983-308-824/ 957-036-507
  • Inicio
  • Blog
  • SERMONES
    • Sermones
    • Audios
  • Testimonios
  • Literatura y Folletos
    • ¿Es Cristo Tu Señor?
    • El Camino De La Salvación
    • Catolicismo >
      • Idolatría
      • ¿Aún crees en el Papa?
      • ¿LA EUCARISTÍA DE LA VIDA?
      • ¿El Milagro de la Eucaristía?
      • Adoración Eucarística
      • La Señora del Catolicismo Romano
  • Evangelismo
  • Verdadera y Falsa Conversión
  • Nosotros